lunes, 24 de agosto de 2009

Pinitos con la bicicleta

Todo empezó hace ya más de 8 años cuando intenté subir en bicicleta los Lagos de Covadonga. El reto lo compartí con un gran amigo que se animó -o lo engañé- a intentarlo juntos. Por aquel entonces ni siquiera teniamos bicicleta y ni que decir tiene que no realizamos entrenamiento previo antes de afrontar la subida al mítico puerto. ¿Para qué.? Así que el desenlace estaba bastante claro... Fracaso absoluto.

Aún así, lo intentamos.

Cuando comenzamos a bajar desde el Santuario hacia el desvio, nada más comenzar la subida ya nos dimos cuenta que nos habiamos metido en un callejón sin salida, pero aún así continuamos la ascensión. Las bicicletas eran prestadas. Todavia recuerdo intentando subir el manillar de la bicicleta de mi amigo porque estaba a la medida de su hermana pequeña... jajaja ni siquiera habiamos llevado herramientas jajaja menudo par de pardillos.

Con todo, sacando fuerzas de flaqueza logré llegar al mítico tramo de La Huesera, y entonces supe porque lo llaman así, porque a media camino me hizo echar pie a tierra para vomitar mis últimas fuerzas. Subí el resto del tramo a pie y me senté en un precioso muro para contemplar las impresionantes vistas. "Descanso y luego continuo" pensé. Que iluso. Cuando volví a montar en la bicicleta, mis gemelos se habían transformado en un muro de piedra imposibles de doblar.

Bueno, aunque en algo si que fuimos inteligentes. Menos mal que teniamos coche escoba que nos recogió en donde nos quedamos clavados.

Aunque ese día, desde el Mirador de la Reina me dije: "Volveré para coronarme rey".

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